Barranquilla y la paradoja de las Music Cities

Publicado originalmente en Sound Diplomacy Events & Education. Pueden ver la publicación original aquí. https://www.musiccitiesevents.com/post/barranquilla-the-music-cities-paradox

Para muchas personas, lo primero que viene a la mente al pensar en Barranquilla, Colombia, es su música. Desde ritmos tradicionales populares como la cumbia, champeta, salsa y vallenato, hasta el trabajo innovador de íconos globales como Shakira y el legendario Joe Arroyo, Barranquilla se ha consolidado durante décadas como un referente de innovación musical y expresión cultural.

La ciudad también es hogar del Carnaval de Barranquilla, considerado el segundo carnaval más importante del mundo y reconocido por la UNESCO como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. Pocas ciudades ostentan una identidad cultural tan rica y una herencia musical tan profundamente arraigada.

Y sin embargo, a pesar de todo esto, Barranquilla encarna lo que Sound Diplomacy llama la “Paradoja de las Music Cities”: un lugar con un patrimonio musical extraordinario y una influencia cultural global, pero que carece de la infraestructura y el apoyo sistémico necesarios para sostener un ecosistema musical local próspero y sostenible.

Los desafíos del ecosistema musical en Barranquilla

Los problemas son bien conocidos por los actores culturales de la ciudad. A principios de este año, la profesora universitaria Laly Malagón publicó un video lamentando la cancelación del Festival Barranquijazz @barranquijazz 2025, uno de los eventos musicales más emblemáticos de la ciudad. Su mensaje tocó una fibra sensible al visibilizar lo que muchos ya sabían: la infraestructura cultural de Barranquilla está en crisis, y la ciudad mantiene una deuda creciente con su escena musical y sus comunidades creativas.

A pesar de su fama internacional como ciudad musical, Barranquilla cuenta con pocos espacios idóneos para la música en vivo, una escasa política pública que apoye el sector musical, y una desigualdad evidente en la asignación de recursos. Lo anterior, en contraste con las grandes inversiones que se hacen en el deporte. Además, al enfocarse casi exclusivamente en sus tradiciones carnavaleras, la ciudad tiende a descuidar el resto de su ecosistema musical durante el resto del año.

Entre los problemas más urgentes se encuentran:

  • Desfinanciación crónica de proyectos culturales y espacios locales. Eventos como Barranquijazz y el Carnaval Internacional de las Artes @carnavalartes han sido cancelados o reducidos drásticamente por falta de apoyo económico.
  • Deterioro y abandono de infraestructura cultural clave. El Teatro Amira de la Rosa, uno de los principales escenarios culturales, permanece cerrado desde 2016. Otros espacios como el Parque Cultural del Caribe han corrido con la misma suerte.
  • Falta de planificación a largo plazo e integración de la cultura en agendas más amplias de desarrollo. Las iniciativas culturales suelen ser volátiles, de corto plazo o centradas en eventos específicos, sin formar parte de marcos estratégicos sostenidos que prioricen el apoyo a la comunidad musical.
  • Oportunidades de colaboración desaprovechadas. Barranquilla aún no participa plenamente en circuitos culturales nacionales e internacionales que podrían brindar mayor visibilidad y oportunidades económicas a sus artistas.
  • Desbalance en la asignación de recursos. Aunque la ciudad ha invertido fuertemente en estadios y espacios deportivos, el sector musical ha recibido, en comparación, muy poca atención. Barranquilla cuenta con múltiples escenarios deportivos modernos, pero con muy pocos teatros, salas o espacios dedicados a la música. Esta desigualdad evidencia un problema estructural: la música es celebrada culturalmente, pero subvalorada estructural y políticamente.

A pesar de todo esto, existen iniciativas que continúan resistiendo y destacándose. Festivales como Timeless @festivaltimeless, que promueve la música indie y alternativa, y esfuerzos de larga trayectoria liderados por Fundación La Cueva @fundlacueva , la Alianza Francesa @afbarranquilla, y otros actores locales, siguen impulsando la vida cultural de la ciudad.
Pero su sostenibilidad está en riesgo.

La buena noticia: una ciudad llena de posibilidades

Los desafíos de Barranquilla son reales, pero también lo son sus posibilidades. En todo el mundo, distintas ciudades están adoptando estrategias innovadoras para fortalecer sus ecosistemas musicales. Desde movimientos liderados por las  comunidades hasta alianzas institucionales, desde el urbanismo creativo hasta la reforma de políticas culturales, existen muchos modelos que podrían adaptarse al contexto barranquillero.

Seis estrategias clave para fortalecer el ecosistema musical de Barranquilla

1.Invertir en eventos y festivales culturales
Los conciertos de Shakira en el marco del Carnaval pasado demostraron cómo los eventos masivos y el culto a la celebridad pueden movilizar la economía local. En ciudades de todo el mundo, estos eventos generan empleo, atraen turismo, dinamizan la economía nocturna y revitalizan zonas urbanas. Recientemente, la alcaldesa de Chicago pidió un concierto adicional de Beyoncé para «arreglar el presupuesto de la ciudad».

La música mueve las ciudades. Los ecosistemas musicales saludables pueden ayudar a las ciudades a prosperar. Barranquilla debe comprender que sus festivales no son solo celebraciones culturales, sino verdaderos motores económicos.

2. Construir memoria e identidad
Crear una exhibición permanente o instalación multimedia que celebre la historia reciente del ecosistema musical de la ciudad. Documentar hitos, figuras e iniciativas clave que han marcado su trayectoria. La memoria cultural es la base de toda estrategia cultural.

3. Activar a los medios locales
Incentivar a los medios impresos, televisivos, radiales y digitales para que den mayor visibilidad a la escena musical local, sus artistas y eventos. La visibilidad es fundamental, y los medios juegan un papel clave en el fortalecimiento del ecosistema.

4. Reinventar espacios existentes
Barranquilla tiene muchos estadios y espacios públicos subutilizados. ¿Por qué no transformar temporal o permanentemente escenarios deportivos, colegios, iglesias o parques en espacios para conciertos, ensayos, talleres o encuentros culturales? La ciudad tiene los espacios; lo que falta es visión estratégica para aprovecharlos en formas creativas.

5. Involucrar al sector privado
Una relación más estratégica entre la comunidad musical y el sector empresarial —a través de patrocinios, alianzas creativas o colaboraciones mutuamente beneficiosas— puede generar recursos y garantizar sostenibilidad a largo plazo.

6. Integrar la música en las políticas públicas generales
La música debe formar parte de la estrategia de desarrollo de la ciudad: en turismo, educación, desarrollo económico y planificación urbana. No debe tratarse como un accesorio, sino como una herramienta de inclusión y crecimiento sostenible.

Reflexión final: convertir los desafíos en oportunidades

El camino no será fácil, pero Barranquilla ya tiene lo que muchas ciudades sueñan con construir: talento, identidad y relevancia global. Con las alianzas correctas, visión audaz y un compromiso sostenido, la ciudad puede incentivar un ecosistema musical más fuerte e incluyente, que honre sus profundas raíces culturales mientras diseña un futuro más próspero.

Si hay una ciudad que puede hacer de la música su hoja de ruta para el desarrollo, esa es Barranquilla: donde la música brota en cada esquina, atraviesa cada historia y está entretejida en cada fibra de su identidad.

El futuro de Barranquilla está en sus propios sonidos. Solo hay que aprender a escucharlos, protegerlos y hacerlos crecer.

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